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Ambos se entregaron a un juego tentador en el apartamento, con la única intención de no parar hasta que ninguno de los dos pudiera resistir más.
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La amiga, con una mirada llena de deseo y complicidad, le prometió no parar hasta que él quedara extasiado por completo y sus gritos de placer llenaran la habitación.
El deseo de la madre de su amiga era tan fuerte que estaba decidida a no parar hasta que él quedara completamente satisfecho.
La estudiante universitaria exploraba sus fantasías más salvajes junto a su amiga en el apartamento.
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En el apartamento, ambos sabían que no se rendirían hasta que los gritos de placer llenaran cada rincón, dejando claro que su deseo de continuar era inquebrantable.
En el apartamento, se prometieron el uno al otro que no detendrían sus actividades hasta que ambos experimentaran un placer inigualable, sin importar cuánto tiempo tomara.
En un juego de seducción y deseo, ella lo invitó a explorar cada rincón del apartamento, asegurándole que no se detendrían hasta que ambos alcanzaran un clímax explosivo.
La hijastra y su amiga se entregaron mutuamente, con la determinación de prolongar el éxtasis hasta que ninguna pudiera contener más sus gemidos de placer.
La amiga lo miró con ojos intensos y le susurró al oído su deseo de no detenerse hasta que ambos alcanzaran el máximo placer.
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